Todo eso es el amor. Y si hay amor en nuestras vidas, entonces todo está a nuestro alcance. Aunque no siempre sea fácil.
“Pero eres tú, mi camarada, mi amigo y mi confidente” ( Sal 55,15) |

Y gracias por todos esos momentos de celebración o de rutina, por las conversaciones donde otros se asoman a mi historia y yo me asomo a otras historias. Por las miradas que hablan. Por los esfuerzos compartidos para conseguir algo. Gracias porque están ahí.
![]() | Pienso despacio en los nombres por los que doy las gracias. |
“Pero hay algo que traigo a la memoria y me da esperanza…” (Lam 3,21) |

Por eso es tan común, cuando nos juntamos los amigos, recordar sucesos de la infancia, de la escuela, de la juventud… Porque todo eso es real, y es parte del sustento sobre el que se van construyendo las vidas.
![]() | Pienso en las memorias que me hacen fuerte, y en las gentes que las pueblan… |
Concluye esta reflexión siendo consiente de tanto amor recibido, agradecele al padre desde o mas hondo de tu corazón.
Eterno Señor de todas las cosas, Siento tu mirada puesta en mí, Sé que tu Madre está aquí cerca Y que, en torno a ti, hay una multitud De hombre y mujeres, de mártires y santos. Si tú me ayudas, Quisiera ofrecerme a ti: Es mi determinación más firme y mi deseo Si Tú me aceptas, Proceder en este mundo como tú procediste. Sé que viviste en una pequeña aldea, Sin comodidades, sin educación especial. Sé que rechazaste el poder político. Sé lo mucho que sufriste: Las autoridades te rechazaron, Los amigos te abandonaron. Pero, para mí, es algo maravilloso Que me invites a seguirte de cerca |
Adaptación de original de S.Ignacio de Loyola |